CARTAS DESDE... UN SITIO

Hola, amigos del calcificador yuxtapuesto y los merovingios pretéritos:

Estoy en un sitio. Un sitio secreto, desde el cual puedo acceder a Internet, y no es un loku. Tampoco es casa de un amigo, o la bibiloteca... ¿ Que qué sitio es ese?

Es secreto.

Mi ordenador ha vuelto a hacer pum. No sé por qué, no puedo entenderlo, francamente... parecía tan sanote después de su última operación, tan jovial... ya comía bien, y no tenía ningún virus ni nada de nada... pero sa muelto. Asín que durante los próximos días, y hasta que sea reparado de nuevo, difícilmente podré seguir actualizando este blog de interés nacional.

Pero, bueno, ya que estoy aquí, voy a desbarrar sobre algo, ¿ de acuerdo?

Operación Triunfo. Juro por diox y La LATA que no he visto uno sólo de esos pogramas entero. He visto extractos, zappings, cachos. Y no puedo evitar exclamar lo que es un secreto a voces:

Son una pandilla de sunnormales con un micrófono. En serio. Me niego a creer que representen a la juventud, a mi juventud, o a la generación que me viene un poco por debajo. Esa cohorte de insustanciados pintaolivas sacagorgoritos son un puto peligro público. Primero: cantan como el culo. No nos engañemos, cantan con el ojete y tienen el mismo ritmo y el mismo swing que mis zapatillas de salir de la ducha. Mis sobacos antes de entrar, también cantan más y mejor.

Encima les dan a cantar unas horrendas canciones a la cual más estúpida, seleccionadas de un repertorio de lo infumable, pop del malo, y encima mal versionado. Por no hablar de los arreglos musicales que parecen compuestos por un Nacho Cano dopado con nandrolonas. Una auténtica tortura para cualquiera con los oídos mínimamente afinados.

En lo estrictamente personal, estos pobres diablos tienen la conversación de cualquier cholo de tres al cuarto de los que se suben al tren los sábados por la tarde luciendo homogeneidad. Son unos sujetos insoportables, todos y cada uno de ellos, y espero que se pasen la puta vida trabajando reponiendo palés en una fábrica de altramuces. Deseo de todo corazón que fracasen, pero que fracasen bien y hasta las trancas, que no vendan un mísero disco y que la gente los ignore como se merecen, que les escupan por las esquinas de su pueblo ,
porque no tienen talento, no tienen inteligencia, son repugnantes y representan todo lo podrido de ésta generación de jóvenes valores doctorados en la superficialidad.

Miseria para todos ellos. Porque cuando esta gente deje de interesar, será un signo de que la "gente" empieza a tener buen gusto. Por eso, ojalá se hundan y lloren hasta deshidratarse. No merecen menos. Cabrones.

Os odio, triunfitos.


Os odio.